Una revisión integral de los frenos de tu moto incluirá latiguillos, pinzas, pistones, manetas, palanca, bomba, pastillas, discos y líquido. Si no tienes especiales conocimientos de mecánica los que más te sonarán –y posiblemente controlarás- serán líquido y pastillas de freno. Lo más lógico, por tanto, es que dejes a un profesional la revisión pormenorizada de todos los elementos fijos, por así decirlo, y tú te ocupes de saber cuándo debes cambiar líquido y pastillas.
Como siempre, hablamos de normas generales ya que depende en gran medida del tipo de moto y hasta del estilo de conducción, pero las pastillas es conveniente sustituirlas cuando tienen menos de 2 milímetros de grosor. Si no lo haces, incrementarás el gasto de líquido de frenos.
En cuanto al líquido de frenos, además de mantenerse entre el máximo y el mínimo siempre porque como cualquier fluido tiende a evaporarse a altas temperaturas, es muy importante estar atento a su apariencia. Debe presentar un color claro y homogéneo. Dos pistas para saber que hay que cambiarlo es observar un color oscuro o la formación de burbujas. Lo primero puede ser señal de que, por ejemplo, se ha contaminado con la humedad, bajando así su punto de ebullición y, por ende, perdiendo eficacia. Si hay burbujas en el circuito es porque hay aire y no te quedará más remedio que purgar el circuito para sacarlo.